Una segunda oportunidad para Bea
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13 de julio de 2019Bea es una chimpancé muy especial, cariñosa, cabezota y con un gran temperamento, una figura central en su familia de chimpancés rescatados de pasados difíciles como el suyo.
El pasado mes de noviembre el veterinario de Fundación MONA fue requerido con urgencia por los cuidadores: habían detectado leves cambios en el comportamiento de Bea, invisibles para el ojo inexperto, pero que hicieron saltar todas las alarmas del equipo que la cuida cada día.
Bea vive en el grupo de los Bilinga de Fundación MONA desde el año 2012. Es un grupo formado por 7 individuos, y la mayoría de ellos comparten tristes pasados de abusos, maltratos y soledad. Ella nació en la selva, pero tras asesinar a su familia para capturarla, fue destinada al lucrativo negocio del tráfico ilegal de especies, una de las causas de que los chimpancés estén en peligro de extinción. Sus primeros años en Europa fueron muy duros, como “artista” de circo. Encerrada la mayor parte del tiempo en una jaula, viajando de pueblo en pueblo dentro de un camión sin ventanas y siendo sometida al duro entrenamiento del domador del circo. A los 10 años dejó de ser rentable para el circo, porque ya no era fácil doblegarla y su vida dejó de ser una pesadilla. Pasó a ser parte de una colección privada de animales, junto a dos chimpancés más. Allí no podía llevar una vida muy natural, pero no volvería a sufrir en manos de un domador. Y finalmente tras conocer su caso, nos pusimos en contacto con el propietario a través de la Fundació FAADA, y estuvo de acuerdo con nosotros de que ya era hora de que Bea pudiera disfrutar de una vida plena con una familia de chimpancés en un espacio diseñado para su bienestar y con profesionales que se encargan de darles una mejor vida.
Bea ahora ronda los 40 años y los duros años que vivió le han pasado factura. Después de hacerle un exhaustivo control veterinario, se le detectó una dolencia cardiaco-pulmonar grave. Tan grave que sin el tratamiento no sobreviviría. Los dos primeros meses fueron críticos. Los pasó en observación constaste de los cuidadores, porque prácticamente no quería comer y costaba mucho darle la medicación. Pero una vez superada la fase crítica, se puede decir que con el tratamiento no solo sobrevive, sino que ha vuelto a tener una buena calidad de vida y vuelve a ser uno de los ejes de su familia chimpancé.
Bea es bajita y redondita, parecería la más débil de su grupo, pero tiene una gran personalidad que hace que sea muy querida por todos y le encanta estar metida siempre allí donde está la acción.
Los chimpancés, con los cuidados adecuados, pueden superar los 60 años de vida.
A Bea le quedan muchos años por vivir, muchos chimpancés a los que conocer y muchas más cosas de las que disfrutar, y después de todo lo que ha sufrido tenemos un compromiso con ella: proporcionarle el tratamiento necesario para controlar su enfermedad crónica.
Necessidades do projeto
Necesitamos apoyo económico para poder cubir el tratamiento de Bea:
Cantidad mínima: 1.300 €, coste de las pruebas que se le han realizado hasta ahora (845 €) + medicamentos de noviembre a marzo (454 €).
Cantidad óptima: 2.300 €, coste de los gastos previos (1.300 €) + gastos por 1 año (1.000 € = gastos del tratamiento cardíaco por 1 año de 540 € + gastos del chequeo de control de 460 €).
Todo lo que supere esta cantidad será destinado al tratamiento y los controles de los años posteriores.