EDAU es un centro de recursos específicos para personas con Trastorno del Espectro Autista. Los profesionales que aquí trabajamos somos especialistas y entre los diferentes servicios que se plantean, se encuentra el taller de adultos. Se trata de un grupo de personas con autismo y discapacidad intelectual, con un importante grado de afectación, y que han encontrado en este taller, un espacio donde desarrollarse según sus características y necesidades individuales, construyendo un futuro en el que tanto ellos como sus familias, encuentren la estabilidad emocional que necesitan y una verdadera calidad de vida. Además, lo hacen en grupo, conviviendo y compartiendo tareas y responsabilidades, tanto en el taller como en los diferentes entornos naturales que ofrece la comunidad.

El proyecto va dirigido a un grupo de 6 jóvenes adultos, de entre 18 y 24 años, con Trastorno del Espectro del Autismo y Discapacidad Intelectual, con un importante grado de afectación, usuarios del Centro de Día EDAU, en el que desarrollan diferentes talleres y actividades comunitarias.

Este proyecto no es sólo una actividad educativa. Queremos crear oportunidades para que estos jóvenes con T.E.A. y D.I. puedan disfrutar de su derecho a disponer de una ocupación que aporte sentido y dignidad a su vida adulta. Es el primer paso para desarrollar una opción real de trabajo, enfocada a la siembra, cuidado y mantenimiento de diferentes productos agrícolas.
Nuestros adultos llevan realizando un taller de jardinería desde hace varios años, pero está enfocado al cuidado y mantenimiento de plantas decorativas de interior y exterior en nuestra sede. Ellos participan de forma activa en la vida del centro, y aportan su granito de arena en el cuidando y manteniendo de los espacios comunes.

Ahora queremos dar un salto, aprovechando un nuevo espacio privilegiado en el que poder llegar mucho más lejos. Pero necesitamos que los primeros pasos sean firmes para dar solidez al proyecto. En este momento, sólo contamos con el terreno y algunas herramientas básicas, pero insuficientes para llevar a cabo una actividad de estas características.
Si conseguimos los recursos necesarios, el primer paso será habilitar una zona de huerto donde comenzaremos a sembrar productos de fácil recolección. El proceso tiene mayor importancia que los resultados, sobre todo en esta primera fase, en la que además de  trabajar, se trata de aprender y de crecer como grupo.
También tenemos unas parras que queremos arreglar y recolocar sobre una nueva estructura que permita su mejor crecimiento, y contamos con diferentes árboles frutales, que es necesario podar y tratar, para que puedan seguir dando frutos y generando rendimiento en un futuro.

Las personas con T.E.A. son “pensadores visuales” por lo que una clave fundamental del proyecto es la estructuración del entorno para facilitar su comprensión y la elaboración de secuencias visuales para adquirir las destrezas necesarias de cara a llevar a cabo tareas específicas en el huerto.
El proyecto se pondría en marcha en febrero del nuevo año, para contar con tiempo suficiente para conseguir los recursos necesarios, para adaptar y arreglar el terreno y para comenzar la siembra, coincidiendo con la mejor época para el cultivo, durante la primavera.
En el momento en que el que el huerto esté en funcionamiento, se enviará a los colaboradores un correo de agradecimiento con información sobre la puesta en marcha del proyecto y con indicaciones según el tipo de recompensa de cada uno.

Necesidades del proyecto

El dinero solicitado se invertirá íntegramente en obtener las herramientas y materiales necesarios para preparar y poner en marcha un huerto ecológico que se pueda mantener en el tiempo.

El presupuesto será el siguiente:

Cantidad mínima: 500€
- Recipiente para hacer compost.
- Horca de doble mango.
- Plantones y semillas.
- Rastrillo (1 grande y 2 pequeños)
- Azada (1 grande y 2 pequeñas)
- Pala (1 grande y dos pequeñas).
- 4 Regaderas.
- 10 pares de guantes.
- 2 cubos de plástico.

Cantidad óptima: 2000€
Además de todo lo anterior…
- Valla de madera para delimitar el espacio.
- Placas metacrilato (para información visual sobre mantenimiento del huerto).
- Tutores de hierro y de bambú (para las parras y los tomates).
- Máquina trituradora.
- Acelerador del compostaje.
- 3 tijeras de poda (1 de mango corto y 2 de mango largo).
- 10 sacos de mantillo.
- Arcón para guardar herramientas.
- Alambre de sujeción.
- Fertilizantes naturales.
- 2 escobas de jardín.
- 8 monos de trabajo.
- 8 pares de botas de plástico.
- Formación básica por parte de un profesional para dar impulso al huerto.

Si superamos la cantidad óptima, podremos conseguir herramientas adicionales y otros elementos que faciliten la labor, la seguridad y la higiene, y que mejoren la estética del entorno. También podremos contar con formación específica por parte de un profesional, que pueda orientarnos sobre cómo mantener y ampliar nuestro huerto.